Estuve estos días en Brasilia y me di cuenta de que el consumo de cervezas especiales no está directamente relacionado con la renta per cápita. En la capital federal me costó encontrar cervezas que no fueran de grandes marcas en supermercados y centros comerciales, por ejemplo. Sólo las casas especializadas trabajan con estos productos.
Aquí, en el sur del país, nos hemos acostumbrado a comprar, sin darnos cuenta, cervezas especiales en mercados, gasolineras y tiendas de conveniencia. De hecho, disponemos de una enorme gama de etiquetas para elegir y satisfacer nuestra curiosidad. Esta experiencia me hizo pensar que realmente hay mucho por hacer para que este mercado crezca en este país. A veces, como tratamos el tema a diario, nos parece que hay una ebullición de empresas que se están creando y una de las preguntas que más respondemos es: ¿hasta dónde llega esta fiebre?
Espero y confío en que llegue lejos. Considerando que los índices de consumo ya alcanzados en el sur y en una parte importante del sudeste de Brasil se extenderán a todo el país, podríamos cuadruplicar fácilmente este mercado. Sólo ocupando espacios inexplorados, llevando la cultura cervecera, la experimentación con nuevos aromas, texturas y sabores, a todo el territorio nacional. Sé que suena fácil, pero en la práctica cambiar una cultura requiere esfuerzo. Mi contacto con gente de todo el país que estudia este mercado me indica que hay dificultades para iniciar proyectos cerveceros.
A pesar de este cerrojazo, si dejamos de mirarnos el ombligo y observamos lo que ocurre con los países más desarrollados, especialmente los apasionados de la cerveza como nosotros -Alemania, Estados Unidos e Inglaterra-, el panorama cambia. Para hacernos una idea, el mercado de las cervezas especiales representa más del 20% del mercado de la cerveza en estos países. Para alcanzar este nivel, tendríamos que multiplicar nuestro mercado por doce.
¿Un mercado que potencialmente puede multiplicarse por doce es suficiente para que los empresarios creen negocios o amplíen sus cervecerías? Para mi alegría, creo que dentro de unos años podré comprar cervezas especiales cuando visite la capital federal. Será estupendo, porque combinan perfectamente con la sequedad del clima de Brasilia.
